La sociedad está cada vez más convencida de que si queremos preservar el planeta debemos reducir el volumen de residuos. Para ello, algunas marcas han optado por envasar en formato refill, es decir, el envase rellenable que se puede reutilizar completamente o parcialmente.
Envasar en formato refill es una gran oportunidad para iniciar el cambio hacia la sostenibilidad. No obstante, supone un reto tanto para fabricantes como consumidores.
Para los primeros, un cambio de paradigma a la hora de diseñar, fabricar y distribuir su producto. Se debe buscar una opción de envase la cual pueda reutilizarse (envase original) y otra para transportar el producto a rellenar en el envase original. Ambos deben mantener una coherencia a nivel de sostenibilidad (producto reciclado, reciclable, etc.).
En cambio, para los consumidores supone un firme compromiso que afecta en los hábitos de consumo. Por un lado, una reducción de costes, ya que el envase rellenable tiene un coste menor (o directamente desaparece el coste) que un envase de un solo uso.
Hay muchos productos idóneos para envasar en formato refill, a continuación mostramos algunos ejemplos desglosados por sector.
Los requerimientos y garantías sanitarias que debe cumplir el envase para la preservación del producto, limitan mucho el proceso y las opciones de envasado, y en consecuencia, envasar en formato refill.
Es por ello que, no todos los productos del sector alimentario se pueden adaptar a este tipo de envasado. No obstante, los productos que sí que pueden aplicar envases refill serían los frutos secos, cereales, cacao en polvo… entre otros.
En este sector encontramos productos como el champú, cremas, maquillaje… Es un ámbito donde cada vez es más común envasar en formato refill, ya que se trata de un producto que no necesita un envase muy específico, sino que se adapta a cualquier envase: flexible, rígido… y podemos encontrar desde formatos grandes hasta formatos en monodosis.
El sector cosmético y de cuidado personal ofrece una gran posibilidad a nivel de diseño del envase, en forma, material, color… Por lo tanto, envasar en formato refill ha sido una evolución más en el proceso y cambio del packaging del producto.
En el sector homecare tradicionalmente se encuentra un packaging de grandes dimensiones, rígido y una vez terminado el producto se tira.
Este concepto también ha cambiado. Algunas empresas están optando por envasar en formato refill, vendiendo el producto para rellenar el envase rígido, ya sea con un envase flexible, como con un envase hidrosoluble.
Si tu empresa está considerando envasar en formato refill, existen algunas consideraciones a tener en cuenta.
En primer lugar, se debe realizar un análisis exhaustivo del producto a envasar y su compatibilidad con el envasado refill, considerando factores como la viscosidad, la fragilidad y la durabilidad.
En segundo lugar, asegurar que la elección de la maquinaria de envasado vertical o rotativa se adapte a las necesidades específicas y garantice un llenado y sellado eficiente, fácil y efectivo para preservar la higiene y la calidad del producto.
Por otra parte, implementar un sistema de trazabilidad para asegurar la integridad del envasado refill y la satisfacción del consumidor.
El formato refill es una gran solución a la hora de envasar nuestros productos, ya que aparte de la parte económica (supone una disminución de costes para el usuario y la empresa), también supone una notable disminución a la hora de generar residuos.
Todo esto siempre manteniendo todas las garantías de envasado y de preservación del producto, puesto que, envasar en formato refill no implica una desmejora en la calidad del envasado, al contrario, esta tendencia supone un proceso de mejora continua a nivel de envasado.